El Tétrico Regreso de Richard Bachman

Richard Bachman

“Existe un lugar dentro de la mayoría de nosotros, donde la lluvia es constante, las sombras son largas y los bosques están llenos de monstruos”. 

Richard Bachman fue un escritor hermético. Nunca concedió entrevistas ni asistió a lecturas o firmas de libros. Era un autor demasiado violento para los críticos y demasiado deprimente para el mercado. Por muchos años se le catalogó como un autor maldito, que escribía lo que muchos querían decir, pero nadie quería firmar.

 Un genio oscuro que relataba los aspectos más deprimentes y realistas del capitalismo salvaje llevado al extremo. Su obra fue corta, sólo cinco novelas publicadas en vida y dos póstumamente. Existe de él una única foto a blanco y negro: un hombre serio y taciturno, poseedor de un estilo crudo, que reflejaba el lado más oscuro de la sociedad americana. 

Richard Bachman

Stephen King, el maestro de la literatura de terror moderna describió su trabajo cómo “Una obra, breve pero intensa, que nos mostró un lado más crudo y oscuro del horror, un reflejo más pesimista que lo habitual...”

Su primera novela, Rage de 1977, narra con una incómoda crudeza, la alienación de un estudiante de secundaria, que realiza un tiroteo escolar, mata a sus profesores y toma a sus compañeros como rehenes. Cuando fue publicada fue tomada como una exploración psicológica de la mente de un adolescente trastornado. Con el aumento de tiroteos escolares en las décadas siguientes, las opiniones cambiaron. 

Algunos empezaron a cuestionar si la novela glorificaba la violencia, pero pocos vieron su profunda crítica social al sistema educativo norteamericano y su completo fracaso en crear personas empáticas y solidarias. La polémica fue tanta, que los editores decidieron retirarla de circulación en 1990, permitiendo que las ediciones existentes se agotaran pero no reimprimiéndola.

Rage, Richard Bachman

Aunque uno de los temas favoritos de Richard Bachman era la lucha de clases, no lo hacía desde un punto de vista glorioso o redentor, sino desde el punto de vista de una eterna derrota frente al sistema, como si estuviera convencido de que su manera de luchar contra la opresión es primero, y antes que nada, describirla. 

En sus páginas los oprimidos se mataban entre sí por migajas vacías, mientras el gobierno absolutista hacía de ello un espectáculo para las masas.

Aunque en vida Bachman nunca recibió el reconocimiento que merecía, después de su muerte sus obras comenzaron a circular como obras de culto, especialmente entre lectores jóvenes que veían en ellas una cruel honestidad que otros autores no se atrevían a mostrar. 

Richard Bachman, The Running Man

Ahora, cuarenta años después, parece que, por fin, la historia quiere hacerle justicia. Este 2025 se estrenan filmes basados en dos de sus novelas más conocidas. 

The Long Walk, basada en la novela publicada originalmente en 1979, se estrena este septiembre. Dirigida por Francis Lawrence, famoso por otra serie distópica, Hunger Games, es protagonizada por Cooper Hoffman, cómo el jóven protagonista Ray Garraty. La historia es sobre una caminata sin fin, donde compiten cien adolescentes, hijos de la clase trabajadora, como simple carne de cañón de un evento que entretiene a todo el país. 

El Premio para el único ganador es ambiguo en términos concretos, pero se describe como "Todo lo que desees para el resto de tu vida". Literalmente el ganador puede pedir cualquier cosa, desde dinero, propiedades, privilegios, cualquier cosa sin restricciones explícitas.

Richard Bachman, The Long Walk

Este Premio refleja la manipulación del sistema totalitario, que usa la carnada de una recompensa inconmensurable, para justificar la brutalidad y el asesinato en masa. Una infinita promesa vacía, diseñada para poder destruir a sus participantes, mediante el trauma físico y psicológico extremo. Despojarlos de su identidad y reducirlos a simples cuerpos vacíos y obedientes.

La segunda película es The Running Man, basada en la novela homónima publicada en 1982. Dirigida por Edgar Wright, conocido por la comedia apocalíptica Shaun of the Dead, es protagonizada por Glen Powell, como Ben Richards. Un trabajador desempleado que compite para poder salvar a su hija enferma, mientras es cazado por una nación entera durante 30 días.

Cada día debe grabar y enviar dos cintas de vídeo diarias para probar que sigue vivo. Una aguda crítica a los medios de comunicación de un Estados Unidos deshumanizado y adicto a reality shows, donde sólo participan personas de baja clase. 

Richard Bachman, Stephen King, The Running Man

Si sobrevive recibirá la inconmensurable recompensa de mil millones de "new dollars", adicionalmente a cien más por cada cazador o policía que mate. Mientras que los espectadores podrán recibir cien por delatarlo y mil new dollars si el chivatazo lleva a su muerte. Richards se convierte en un jugador astuto que descubre que el juego está diseñado para matar a todos los que participen. 

Es una interrogante saber si el final de la película será el mismo que el original, una premonición del trauma norteamericano de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Mención aparte merece Roadwork otra de sus novelas, donde el protagonista no combate un sistema distópico que trata de matarlo. Sino contra un gobierno que planea modernizar sin importar sobre que tenga que pasar encima.

Richard Bachman, terror, The Long Walk

Ambas novelas podrían ser las obras cumbre de los temas sobre los que escribió Bachman. Distopías realistas, donde la lucha de clases, el sacrificio como norma y la alienación dentro del sistema son los verdaderos protagonistas. Ben Richards y Ray Garraty son simples testigos, que poco a poco van perdiendo su humanidad. 

No son revolucionarios. Su resistencia individual no cambia nada. Pero revelan el alma podrida del sistema.

Richard Bachman escribió con una voz distinta, desesperada y sucia. Más peligrosa que la de su verdadero Alter Ego, Stephen King, quien lo creó porque quería saber si sus libros funcionarían sin su nombre y para evitar ser acusado de glorificar la violencia. Bachman era su versión amarga, sarcástica y hostil. 

Stephen King, La Larga Marcha, El Sobreviviente

Para muchos fue el epítome del autor que no escribe para complacer, al contrario. Nunca se permitió metáforas alegres, ni finales esperanzadores. Su estilo era crudo, oscuro, implacable y sin adornos, creó personajes comunes, acorralados por un sistema que los devoraba lentamente, seres humanos desposeídos, quebrados, sacrificados y que difícilmente sobrevivían sus historias de terror.

Anti-héroes que no hacían las paces con las sociedades donde les tocaba vivir. Obsesionadas con el entretenimiento y controladas mediante propaganda omnipresente y vigilancia extrema.

Richard Bachman, The Long Walk

Stephen King también utilizó este seudónimo para tener la libertad de exponer problemas sociales más profundos y los miedos inherentes a la lucha de clases.

"El aire olía a lluvia reciente y a gasolina. Richards respiró hondo, sintiendo el dolor en sus pulmones. Era el año 2025, y el mundo apestaba." The Running Man, 1982.

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