Mujeres Trans en Deportes de Alto Rendimiento
Existe un tema que ha estado navegando los mares de las redes sociales desde hace algunos años, aunque ha existido desde hace décadas y que ha dividido aún más por lo delicado de su naturaleza: ¿deberían las mujeres trans participar en los espacios que son de las mujeres de nacimiento? Ejemplos cómo los baños públicos, las competencias deportivas, los espacios de representación política, las prisiones, los colectivos feministas.
La opinión final debería ser sin duda de las mujeres, pero esta respuesta implica la pregunta doble de cuales mujeres o quienes son mujeres.
Si existe un movimiento social que ha luchado más fuerte que otros y que ha tratado de ser transversal en muchos sentidos es el feminismo, que ha defendido muchas veces que no son las diferencias biológicas las que deben determinar la valía de una persona, pero esta pregunta llega justo al fondo de su génesis. Preguntar quienes son mujeres y si las mujeres trans tienen un espacio en esta lucha. En palabras de la activista trans Diana Cardo:
“Existe un feminismo donde cabemos todas, cada una con sus particularidades”, explica, y pide poner a prueba la pregunta “¿tienen cabida las mujeres trans en el feminismo?” sustituyendo “trans” por otro adjetivo: “¿Las mujeres negras caben en el feminismo? ¿Y las mujeres árabes? Sí, claro que sí. ¿Tienen particularidades diferentes a las de las feministas blancas de países occidentales? Sí, porque las mujeres no somos homogéneas”.
Es decir, si existe una cuota de género en espacios de representación política esos espacios no deberían ser ocupados por mujeres trans pero si recibir sus propios espacios de representación, si existen colectivos feministas que deciden no aceptar a las mujeres feministas no deberían ser obligadas a abrir sus espacios, si en las prisiones hay espacios de hombre y mujer puede haber espacios para personas trans, lo mismo con los baños públicos, las mujeres no debería tener que ser obligadas a compartirlos con personas de genitales masculinos, pero si deberían existir baños universales.
Si las mujeres trans apoyan la lucha feminista y una parte de las mujeres no está de acuerdo en su participación, por simple respeto deberían entonces crear sus propios espacios.
Valentina Petrillo, antes Fabrizio, quien realizó su transición en su edad madura, incluso años después de haber tenido un hijo y de competir como hombre en carreras de alto rendimiento paralímpico de debilidad visual en los 100, 200 y 400 metros, cuando aún era hombre. Compitió en Italia en la categoría femenina de 200 metros, dejando récords mundiales con marcas imposibles de conseguir para una mujer biológica. Sus contrincantes denunciaron que “Mantiene características masculinas que atentan contra los principios de lealtad y de equidad en la base de toda competición deportiva".
"Además de haber sido forzadas a renunciar a nuestros premios, títulos y oportunidades, se nos obligó a compartir el vestuario con Thomas, un hombre de 22 años que mide 1,90 y aún mantenía sus genitales masculinos. Permítanme ser clara: no se nos advirtió esto ni se nos preguntó por nuestra aprobación. Puedo confirmar la extrema incomodidad dentro del vestuario cuando te dabas la vuelta y veías a un hombre mirándote cómo te desvestías mientras él se desnudaba".
Existen cada vez más ejemplos de cómo mujeres trans incursionan en los deportes en categorías femeninas, destrozando récords mundiales, la ciclista Tiffany Thomas, la boxeadora Imane Khelif, la levantadora de peso Laurel Hubbard quien compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y fue la primera atleta transgénero en participar de los Juegos.
Lo primero es tan simple y complicado cómo una hormona: la testosterona, una hormona que participa en el desarrollo de los genitales y en la aparición de los caracteres sexuales, pero que también determina el crecimientos y fortaleza de músculos y huesos y es predominantemente masculina, es decir que un hombre biológico que haya pasado por la pubertad, aunque después haga su transición, cuenta con una evidente ventaja en la constitución de su cuerpo y capacidades físicas. Incluso con terapias de reducción de testosterona su capacidad muscular sigue siendo muy superior al de las mujeres biológicas.
Ante estas disyuntivas el Comité Olímpico Internacional COI decidió que no es capaz de decidir o regularizar o en este tema, pero si determinó que será cada federación la encargada avalar o no la participación de personas trans, según la ventaja competitiva respecto a sus rivales. Esta decisión destaca por comprender, en primer lugar lo diferentes que son los deportes entre ellos. No puede aplicarse la misma norma a un deporte individual que a uno de conjunto, uno de resistencia que a uno de fuerza, etc.
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