Universo-Zuckerberg, Universo-Gates-Jobs.



Todo es política, la fiesta del barrio, la canción que escuchas, la playera que traes puesta, la película o la última serie que viste. Una decisión política logró que esa canción, esa playera, esa fiesta y ese barrio del que hablamos existan o no.

El ejercicio de opinar mediante la escritura también es un ejercicio político o desde un punto de vista ideológico. Y las redes sociales, el lugar favorito para opinar en este bendito año del señor 2020, están llenos de puntos de vista “políticos ideológicos”.

Más que nunca antes, este Universo-Zuckerberg, este Universo-Gates-Jobs, donde el famoso chip para controlar la humanidad existe desde hace años y uno puede elegir el modelo y color que más nos acomode. No hace falta que nos inserten nada, nosotros mismo regresamos a casa por el chip si lo olvidamos en casa.
Gracias ese “chip” marca iphone o Huawei, saben toda la información que puede haber sobre nosotros: desde nuestros puntos de vista “políticos ideológicos”; nuestra ortografía, currículum y formación, nuestros ingresos, que compramos y donde, que hemos comido y que vamos a comer; saben nuestro estado de salud mejor que nosotros, fisonomía, altura y peso, cómo nos veremos en 30 años, si hemos visto todas las películas de Disney, si sabemos bailar o si tuvimos una diferencia reciente con un amigo.
 
Y más que otra cosa saben cómo reaccionaremos a las innumerables injusticias o mini apocalípsis cotidianos que suceden en nuestra comunidad, ciudad, país y planeta.
Las opiniones en redes sociales se han convertido en la primera línea de las acciones que la humanidad toma con relación a prácticamente todo.


El mundo arde por la monstruosa violencia de género o raza o derechos humanos. Cada una en su contexto: Francia, Estados Unidos, China, Hong Kong; los eternos conflictos en oriente medio, la terrible deforestación del fuego inclemente en el Amazonas o Australia, la delicada situación en Corea del Norte o Venezuela, India y Pakistán, Ucrania, Inglaterra, Irán, Etiopia o Afganistán por sólo unos ejemplos.

De manera cercana por lo menos 3 países de Hispanoamérica; Argentina, España y México habían girado el poder, de manera democrática hacia la izquierda moderada. Mientras otras partes del mundo se acercaban peligrosamente a la derecha de tinte fascista.  
A este mundo en contradicción, en este bendito 2020, la humanidad ha encontrado un tema nuevo que sumar al ramillete de temas que ocupan nuestras opiniones.
 
La emergencia mundial ante una pandemia y la subsecuente cuarentena ha impactado a la humanidad en su conjunto. La rapidez para tener a la mano todos los datos: contradictorios, confirmados, infantiles inútiles han servido para que todos sin duda tengan una opinión al respecto. Esta emergencia mundial sólo ha contribuido a exacerbar las contradicciones de la humanidad en su conjunto.

El poder político de todos los países se encontró en conflicto frontal con la manera de responder a la emergencia. Si apenas hace un año diversas regiones del mundo ardían, literal y metafóricamente, en diversos jaloneos sobre el poder político. La emergencia epidemiológica ha contribuido a exacerbar las diferencias, todas basadas en los particulares puntos de vista.


No importa cuánto o que sepas de un tema, no importa que lo que sepas esté equivocado, hay que dar una “opinión” porque decenas o miles la comparten, aunque difieran en todos los demás. 

  Al final, se desestima la certeza, lo importante es la “opinión”. Decir lo que “pensamos” y que tenga importancia para otros, es un objetivo seductor gracias a la existencia de los “oponente”, un enemigo al que hay que combatir sin cuartel. 

  Hoy, donde cada ser humano tiene la libertad de explotarse a si mismo, donde cada uno es amo y esclavo de sus propias opiniones, donde somos parte de una multitud global, una masa interconectada, cada uno de nosotros, se asume cómo parte de "Los Inefables e Infalibles Justicieros de la Red”.
Falso favor nos hacen las plataformas de redes sociales, que ganan más entre más interacciones tengan, sin importar si son positivas o un linchamiento. 
Cada uno de nosotros cree firmemente estar haciendo el bien, poniendo las cosas en su sitio, poniendo al otro, el que piensa distinto en una posición de oponente, donde la única manera de vencerlo es mediante apabullarlo o llevarlo a la humillación pública. 

  La autocritica ha desaparecido de estos campos de batalla virtuales, Cada uno de nosotros deja de cuestionarse para cuestionar al oponente, ya no a la sociedad que nos produjo a todos. 

  Pero, todos los puntos de vista políticos o ideológicos que se suceden cada instante se hacen sin importar el poco o mucho conocimiento que se tenga del tema.
Resulta impresionante la audacia de más de media humanidad para opinar de una infinita variedad de temas sin tener el más mínimo conocimiento de ninguno de esos temas.
Se ha hecho a un lado la máxima de Leonardo Da Vinci: “Es imposible amar algo ni odiar algo, sin empezar por conocerlo” porque en este año del señor 2020, que sepas o no sobre el tema que vas a opinar es menos importante que dar tu opinión.

Comentarios

  1. Me encantó, muy pertinente a propósito de este fin de semana con imágenes tan bizarras como la lady que advertía a "Bot" (García o Pérez) que tomara conciencia de que pronto lo mandarían a un gulag. Y en consecuencia el Bot conmovido ya no se presentaría a laborar mañana en la granja... felicidades David que tengas muchos lectores, tienes un amigo y un fan.

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