Denegar, Defender, Deponer.

 Paul Robeson

Paul Robeson fue un ser humano, de esos que hoy es difícil de creer que caminaron la tierra alguna vez.

Fue un hombre contra la adversidad de su circunstancia, que no sólo venció, sino que se convirtió en un verdadero referente de lo mejor de la humanidad.

Nació hijo de un esclavo fugitivo y de una mujer de herencia indígena Lenape, cuáquera y combatiente contra la esclavitud en Estados Unidos.

Ahí conoció el valor de la libertad y el orgullo de ser quien era.

Notable estudiante y apenas el tercer afroamericano en obtener su título de abogado en la Universidad de Rutgers.

Fue también atleta destacado en varios deportes, donde su fuerza y determinación lo convirtieron en un temido jugador de rugby, béisbol y baloncesto a nivel universitario.

 

Algunas de las demás universidades se negaban a competir con su Universidad, simplemente por miedo a enfrentarlo, aduciendo que Paul era un hombre de color.

Al intentar trabajar de abogado en Princeton, una mecanógrafa blanca rechazó tomar ordenes de un abogado negro.

Decidió entonces intentar ser actor y cantante, entonces el mundo conoció una de las mejores voces jamás escuchadas:

Paul Robeson. Going Home. Carnegie Hall, New York, 1958. 

Viajó por el resto del mundo; donde tomó conciencia política y aprendió que su condición de afroamericano lo colocaba del mismo lado que los oprimidos de todo el mundo.

En sus propias palabras:

“El carácter de una nación no está determinado por las clases altas, sino por el pueblo, y que los pueblos de todas las naciones son hermanos en la gran familia de la Humanidad".

Hizo contacto con miembros de organizaciones antifascistas y con la dirigencia de la clase obrera de la época en todos los países.

Recorrió el mundo con su ejemplo y sumó amigos y camaradas; desde el soviético Sergéi Eisenstein, el keniano Jomo Kenyatta, el indú Sri Pandit Jawaharlal Nehru, la judía Emma Goldman, el físico Albert Einstein, el poeta chileno Pablo Neruda, los escritores H.G. Wells, James Joyce y Ernest Hemingway.

Empezó a comprender que su arte tenía la capacidad de servir a la lucha de los trabajadores de todo el mundo.

Participó en la Guerra Civil Española dentro la Brigada Lincoln, compuesta por voluntarios internacionales, donde también cantó a los soldados enfermos.

Sufrió la persecución del gobierno norteamericano, le cancelaron su pasaporte y lo acusaron ser pro-soviético.

 

"Mi padre era un esclavo, y mi gente murió para construir este país, y voy a permanecer aquí y a tener una parte de él, y ningún fascista me sacará de él."

Aunque intentó ser acallado en Estados Unidos, el resto del mundo lo admiró y le rindió tributo constantemente.

Cantó en todo mundo canciones contra la explotación, himnos de los esclavos, de los presidiarios, de los remeros del Volga, de los maquis, cantó para de las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil Española, cantó en marchas rusas de los obreros.

“El artista debe tomar partido. Debe elegir luchar por la libertad o por la esclavitud. Yo he elegido. No tenía otra alternativa".